Era tan bella como las rosas rojas.
Yo podía percibir su aroma en el abismo de la ceguera,
no me herían sus espinas,
y nunca olvide el perfume de sus pétalos..
Ya sus semillas germinaron en mi mente,
y sus raíces me atraviesan el corazón,
sus espinas me crucifican,
me clavan al duro madero de los sentimientos,
yo soyel trono donde se sienta,
tomando mi corazón con su mano derecha,
apretandolo con mano de hierro,,
mientras suizquierda con pulso firme,
toma por el mango el fuerte cetro de afrodita,
marcando el tiempo que dejaré de desearla,
el mismo día que el pintor ciego,
dibuje el sonido del pétalo que tapa el pezón de sus pechos,
cayendo en el vacío.