a ti, que sepultaste tu voz
bajo el estruendo de un gigante,
a la que sólo dirigen reproches
a la convencida de merecer harapos…
A ti, que intentas descifrar el universo
en la escurridura de una taza de café,
adicta a la quiromancia del que te abofetea.
A ti, que no sabes escupir un áspero beso,
de quien sólo busca un par de piernas
para calentarse.
Te han colmado con ramos de compuesto verde
te has aliado al rincón de los calderos ahumados,
porque así crees que es la vida.
A ti, que ignoras
como una melodía acrecienta picos
en las montañas
como envejecen las sombras
tras el bostezo de la luna.
A ti, que te trajinan los miedos en las pupilas
y un par de anhelos trasnochados aún sonríen,
saboreando los pies de una mariposa,
te esperan, a ti!
que ya tienes licencia
para mirar desde la cantera del tiempo,
y derretir los moretones
con tus zapatos de cristal