Ese hombre era todo lo que quería
pero no pude comprarlo
porque no tenía precio
y los hombres que se venden
dejan automáticamente de interesarme
no pude poseerlo
porque no alcanzaban mis brazos
para abrazar su intelecto
su llanto
su risa su pasión
su gesto introspectivo
y fue una suerte
porque los hombres fácilmente poseíbles
dejan automáticamente de interesarme
no pude retenerlo
porque si abría la ventana
se iba con los pájaros del árbol más frondoso
de mi patio
(anidaba en los álamos altos
y anaranjados del otoño)
y a mI
me encanta tener
una casa de ventanas abiertas
y los hombres “que no saben volar “
como dice Girondo
dejan automáticamente de interesarme
ese hombre era todo lo que deseaba
mi piel entre sus manos era un libro
que se abría ante el mundo
y en mi cuerpo escribía bitácoras
de sus futuros viajes
lo sé porque de tanto acariciarme
mi piel está más suave
y los hombres que no aman la piel
de una mujer
dejan automáticamente de interesarme
ese hombre se fue sin decir nada
no sé si lo soñé
porque los hombres que sueño
son tan imposibles
que automáticamente dejan de interesarme